Despidiendo el verano: Flores y follaje para la transición de estaciones.

El verano se va con un último soplo de viento cálido para darle la bienvenida al otoño. Esta transición no es solo un cambio en la temperatura, sino una verdadera metamorfosis de la naturaleza que se refleja de manera espectacular en el mundo floral. Esto nos permite jugar con una paleta de colores y texturas totalmente nuevas.

Si bien el verano se caracteriza por la exuberancia de la hortensia, el lirio y los girasoles, el otoño nos invita a una introspección más sutil, llena de tonos cálidos y tierra. Para esta temporada las dalias son una gran protagonistas: florecen con una variedad asombrosa de formas y colores hasta bien entrado el otoño. Sus pétalos simétricos son una joya de la geometría natural. Lucen espectaculares en cualquier arreglo.

Junto a ellas, los crisantemos son protagonistas indiscutibles. En Japón, su floración se celebra con festivales; son un símbolo de longevidad y felicidad. Sus múltiples variedades - desde las pompones hasta las de araña - nos ofrecen un sinfín de posibilidades.

¡No podemos olvidar los follajes! Las ramas de eucalipto, con sus notas frescas y su tono verde plateado, se combinan a la perfección con la calidez de las flores, creando un contraste visual que evoca la brisa fresca de la mañana.

Al igual que el poeta chileno Pablo Neruda, quien le dedicó un verso a cada elemento de la naturaleza, nosotros podemos honrar esta temporada de transición con arreglos que reflejen su belleza única. Se trata de una despedida suave y poética del verano, celebrando el arte de la metamorfosis en cada rama y en cada pétalo.

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